domingo, 24 de octubre de 2010

Flautas de émbolo (2). El jazzoflute de Couesnon

La difusión popular de las flautas de émbolo está muy ligada a lo que se conoció como la Era del Jazz, época en que este género hizo furor. En uno de los mayores éxitos discográficos de los años locos, la versión de Whispering de la orquesta de Paul Whiteman  de 1920, la melodía la exponía un swanee whistle. Louis Armstrong también la incorporó en una de sus míticas grabaciones de la década, probablemente interpretada por él mismo. La relación entre la moda del jazz y la flauta de émbolo se ve claramente reflejada en la fabricación por parte de la prestigiosa firma Couesnon de París de un instrumento llamado jazzoflute, que podéis ver en esta fotografía.

Jazzoflute de Couesnon (París c. 1920)

Jazzoflute (detalle)

A continuación, el jazzoflute en una ilustración del artista Georges Lepape para la revista Gazette du Bon Ton (1922):
Por desgracia, tal como ocurrió con otros muchos instrumentos de los años 20,  tras el crack de 1929 la flauta de émbolo o swanee whistle acabó en el mismo lugar que los sueños de prosperidad y la alegría de las clases populares. Desde aquel momento se vió relegada al mundo de los juguetes y los instrumentos novelty. Sus graciosos glisandos quedaron encasillados en la categoría de efecto cómico para el cine o los espectáculos de variedades. Cada vez que algo sube o baja en los dibujos animados más clásicos, el sonido que acompaña a la acción es el de una flauta de émbolo.

Continuará

viernes, 22 de octubre de 2010

Flautas de émbolo; la jeringuilla musical (1)


Inauguramos este blog sobre instrumentos poco habituales o de juguete con la flauta de émbolo. También conocida por los nombres de swanee whistle, slide whistle o lotus flute, es una variante sin agujeros de la antiquísima flauta de pico (la flauta dulce que tocamos en el cole).
Fig. 1. Familia de Lotus Flutes
La diferencia entre la flauta de émbolo y su antepasado está en la ausencia de agujeros; las notas se producen deslizando un émbolo o pistón a lo largo del interior cilíndrico del instrumento.
Fig. 2. Una lotus flute y su émbolo
Las flautas de émbolo se hicieron muy populares en Europa y Estados Unidos en los años 20 del pasado siglo. En esta época, como podremos ver en posteriores ejemplos, se inventaron o rediseñaron muchos instrumentos encaminados a facilitar el acceso a la música a las clases populares. La flauta de émbolo prometía permitir tocar un instrumento a toda persona que pudiera cantar, al carecer de cualquier mecanismo, digitación o necesidad de una embocadura especial para producir el sonido. Los instrumentos que se muestran más arriba están entre los mejores que se produjeron en la época. Se fabricaron en Londres y se les dio el nombre (que aparece grabado en el propio instrumento) de Swanee Whistle o Lotus Flute. El primero de los nombres seguramente hace mención a una canción que se hizo muy popular a mediados del S.XIX, Swanee River, de Stephen Foster -autor también de "Oh, Susanna"-. Foster popularizó bastante el uso del instrumento, así como el del "honky-tonk piano". Las flautas de la fotografía son de baquelita, un derivado endurecido del caucho. Como podréis ver (Fig. 1), se comercializaron en varios tamaños y calidades. La más grande de las que se observan en la foto -y que fue el primer instrumento que toqué cuando era niño- es un modelo de lujo que cuenta con acabados en alpaca de plata y marfil. Además, para mejorar aún más su calidad, el interior de la flauta está reforzado por una camisa de metal por la cual se desliza el émbolo, evitando el desgaste de la baquelita y garantizando un uso suave y preciso, lo que lo convierte en un instrumento verdaderamente profesional.

MODEL DE LUXE
SWANEE WHISTLE
 RFG.
OR LOTUS FLUTE
MADE IN LONDON
ENGLAND
PRO. PATENT
REG. DESIGN
REG. U.S. PAT. OFF



PRÓXIMO CAPÍTULO: "FLAUTAS DE ÉMBOLO: EL JAZZOFLUTE DE COUESNON"

En breve incorporaré archivos de sonido y vídeo a esta entrada. Vuelvan a visitarnos.

¿Pero... con eso se toca música?

Desde que alcanzo a recordar me he sentido atraído por cualquier objeto con el que se pudiera hacer música, se tratara o no de un instrumento diseñado para tal fin. Lo primero que toqué fue una antigua flauta de émbolo que había en casa. Después vinieron el arpa de boca, la ocarina, las flautas de plástico, el ukulele, dos walkie talkies, la bomba de la bicicleta y hasta el grifo de la cocina, así como una legión de pequeños instrumentos de bajo precio, algunos de los cuales conservo. Siendo adolescente tuve mi primer instrumento profesional, un clarinete -y después otros muchos-  pero nunca se ha desvanecido en mí el amor por todos aquellos cacharros aparentemente absurdos. En este blog quiero agradecer a esos instrumentos las horas de satisfacción que me han proporcionado, y que sigo reviviendo cada vez que encuentro por ahí un juguete que incorporar a esta colección que ahora comparto con vosotros. En la medida de lo posible, dada la falta de tiempo, acompañaré las fotos y los textos con archivos de sonido o vídeo.
El criterio para exponerlos aquí no es muy estricto; igual da que se trate de un instrumento folklórico, un sintetizador o un saxofón; basta con que sean curiosos, extravagantes o inusuales.